Conferencias Rosacruces

 

Frater Roberto Ruggiero Grimaldi

 

Roberto Ruggiero Grimaldi (1910-1997)

 

La Palabra

 

1-              Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibirán un juicio mayor.

2-              Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz de refrenar también todo el cuerpo.

3-              He aquí que ponemos freno en la boca de los caballos, para que nos obedezcan, y dirigimos así todo el cuerpo.

4-              Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas por un muy pequeño timón, por donde la dirige el que la gobierna.

5-              Así también la lengua, (o la palabra), es un miembro pequeño, pero que se jacta de grandes cosas. He aquí, cuán grande bosque enciende un pequeño fuego.

6-              Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad.

La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación y ella misma es inflamada por el infierno.

7-              Porque toda naturaleza de bestias, de aves y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana.

8-              Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

9-              Con ella bendecimos a Dios y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos semejanza de Dios.

10-           De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

11-           Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?

(Epístola de Santiago, Capítulo III: 1 al 11).-

 

            Recordarán que fue la Rmoahals la primera raza atlante que usó por la primera vez la palabra. Las primeras épocas eran de gran aprendizaje para los asuntos de la Tierra; pero aún se tenía mucho contacto con el mundo espiritual. Y los Rmoahals se caracterizan por tener la condición excepcional de hablar sólo por medio o para finalidades útiles o – como podríamos decir – santificaban la palabra. Tiempos totalmente primitivos, pero tiempos verdaderamente puros. Hoy, que dominamos fácilmente el lenguaje, y que tenemos lenguas, idiomas muy vastos y completos, tenemos que volver poco a poco a ese estado primero,.

            La finalidad de estos versículos es recordarnos cuánto podemos construir, expresándonos bien.

            Vds. notarán que tenemos principal tendencia, en nuestra Filosofía, para hablar de los aspectos positivos de la existencia. Nosotros no tenemos temas oscuros, grises, tristes, angustiosos. No desconocemos las dificultades que existen en todas partes; pero estamos convencidos que si empezamos a ver las cosas en su aspecto bueno – y esto no es una novedad, es educación rosacruz: buscar la parte buena en todas las cosas – el bien eliminará el mal. No se hace así generalmente; es una pena. Ante tristezas y dificultades, las mentes se llenan de imágenes no son, como se cree, sin importancia; al contrario: en el mundo correspondiente tienen tanto poder como lo material, la acción material, en el mundo físico. Así que al emitir pensamientos – y vean que todavía no hemos llegado a lo que hacemos con la palabra, estamos hablando de las imágenes que hacemos con nuestros pensamientos -, vamos construyendo un mundo, y ese mundo es el que actúa permanentemente en nosotros; es el que nos va a ayudar y nos va a impulsar, pero el que nos va a producir también reacciones, Entonces, antes de cuidar lo que vamos a decir, que es una consecuencia, cuidemos del mundo mental que hemos formado. Como seres que estamos encaminados en conocimientos de Dios, como seres a quienes Dios brinda todo porque ¿qué puede haber más importante que el saber la realidad espiritual? Todo lo demás, al que busca las cosas de Dios, todo lo demás, se le da por añadidura. ¡Qué felicidad disfrutamos de conocer, de saber, de procurar, a través del conocimiento, ir reaccionando nosotros de forma más adecuada cada día! Entonces, esa felicidad, que sea la que esté formando nuestro mundo.

            En el tema anterior hablamos de la música que externamente nos va ayudando. Internamente ayudémonos nosotros, llevando esas armonías musicales para nuestro interior. Entonces envolvámonos en ese mundo y entonces reaccionemos con cuidado para todo – ahí viene nuestro trabajo – reaccionemos con serenidad, con alegría de saber, con alegría de estar en Dios, ¿no somos sus hijos? ¿no anhelamos ser mejores? ¡Qué sencillo es! Apenas, es tener esta seguridad en nosotros. No demos lugar a titubeos. No ignoramos que estamos en la etapa de alternativas; como los puntos altos a veces son acompañados de puntos bajos, todavía el ser que está en la Tierra no puede evitar esas alternativas. Vds. mismos se van a sorprender de que en determinado momento están envueltos en fuerza, pletóricos de fuerzas; pero en otro momento – “no se qué me sucede hoy, voy a tomar una aspirina, no me estoy sintiendo bien” – nos hemos ido dejando dominar por hechos, que aunque existan, nunca tienen que vencernos. Las circunstancias adversas surgen para que nos entrenemos mejor y salgamos airosos. Las circunstancias adversas existen para que consigamos vencerlas.

            Los versículos que hemos oído son dirigidos especialmente para alertarnos sobre lo que decimos. Vamos a recordar los antiguos Rmoahals; vamos a ser como ellos, que emitían las primeras palabras, todavía titubeando, pero con una finalidad santa, con una seguridad de sentirse espíritus inmortales, sin temor. Era una época en que todavía no se había dado lugar al temor. No se habían suscitado las circunstancias equivocadas, humanas, que reaccionarían y harían sentir al mundo la consecuencia. Entonces, hoy que ya hemos transitado largamente, que hemos hecho mucho recorrido, seamos enteramente serenos, seguros y principalmente bondadosos. Son muchas existencias que tenemos; mejor no recordar y ni por curiosidad deseen saber; no les conviene recordar. Sean felices en lo que hoy son. No porque el pasado esté lleno de oscuridad. No. Pero del pasado tenemos que extraer las cualidades que hoy tenemos que manifestar. ¡Qué hermoso que hoy somos capaces de ser personas que nos desenvolvemos normalmente y con juicio. Ahora tenemos que buscar la forma de desenvolvernos mejor, siendo perseverantes, en forma excepcional y perfecta. Esos esfuerzos estamos haciendo.

            Y la palabra, ¡Qué importancia tiene! ¡Cuánto podemos decir, cuánto podemos estimular, cuánto podemos hacer por medio de una expresión oportuna, por medio de un consejo constructivo; por medio de una palabra que sea útil, en el momento adecuado! Pero recordemos que para que las palabras tengan ese valor, esa virtud, primero tenemos que construir un mundo interior, nuestro, verdadero; no de dudas, sino de seguridad. Si no, ¿qué valor tiene nuestra palabra? Si estamos emitiendo una palabra, pero somos otra cosa. Que nuestra palabra esa consecuencia de nosotros mismos, porque nos cultivamos en ese sentido.

            Este es el valor que tiene estos versículos. Y nuestra querida  Biblia tiene perlas, valiosísimas perlas que tenemos que apreciar, comprender y vivir; hacerlas realidad dentro de nosotros mismos. Nosotros mismos debemos formar, con nuestros esfuerzos, un hermosísimo collar, de valores espirituales y que algún día podamos decir: Dios de los Cielos, es lo que hemos reunido para poderte ofrecer; para eso estamos luchando. Qué importa que en determinado momento surja una dificultad aquí, o una dificultad más allá.

            Dios nos ama. No tengan duda. Dios nos brinda todo. Somos nosotros los que somos todavía incapaces de alcanzar o de percibir lo que nos está brindando Dios, en todo momento. Lo que nos está faltando, es porque todavía no tuvimos la sabiduría de alcanzarlo. Pero está ahí- Todo está pronto para el ser humano. Y por medio de la palabra, cuánto podemos realizar! Vds. no sospechan que en estos momentos estamos haciendo un esfuerzo enorme para que nuestras palabras puedan ser útiles.

            Las vamos diciendo con cierto cuidado, porque nos sentimos responsables de lo que decimos.

            Si en todos los momentos de nuestra existencia, sobre todo en aquellos que pudieran ser un poco amargos, en aquellos momentos en que algún dolor nos alcanza, si sabemos hacer que nuestra palabra continúe siendo siempre serena, armoniosa, segura, estaremos probando nuestro adelanto y equilibrio. Cuántos seres han sido ejemplos en la Tierra de valentía! ... Un San Pablo, nuestro gran amigo, cuánto tuvo que hacer, pero demostró lo que era. Estaba agobiado de dolor, nada tenía, maltrecho, siendo golpeado permanentemente, castigado hasta el máximo, todavía el Cristo un día – cuando él sentía que se acababa – le dice: “Aún me justificarás en Roma”. Y qué lejos estaba de Roma! “Aún me justificarás en Roma”. Para los valientes siempre hay tarea.

            Queridos amigos, a veces, hablándoles, nos apartamos un poco de los versículos que hemos oído. Los versículos tienen que ser como una especie de inspiración, una especie de base. Nuestro entendimiento tiene que llevarnos a la mayor más amplia comprensión. Estamos expresándonos por medio de la palabra. A eso se refieren los versículos. Empleémoslas bien. Y no solamente en los momentos, por ejemplo, como ahora, que Vds. son buenos, afectuosos, tienen bondad de escuchar. Empleemos las mejores palabras que seamos capaces de emitir en los momentos difíciles, en los momentos de esfuerzo, en los momentos que las circunstancias nos brinden lo que esperamos o lo que necesitamos; en esos momentos seamos como San Pablo; saquemos fuerzas interiores y expresémonos con serenidad, con la seguridad que tiene que emanar de todo ser que está en Dios o que procura estar en Dios. Que eso les dé mucha fuerza. No se sientan nunca disminuídos. Siéntanse seguros; pero siéntanse en Dios y nada les va a faltar. Porque ante los inconvenientes generales y aunque las angustias sean comunes a todos, Vds., ante las mismas situaciones, busquen la solución correspondiente con calma, con serenidad, con oración, y esas soluciones llegarán en el momento que más convenga. No en el momento que Vds. eligen, porque, como humanos, no siempre tenemos plena sabiduría. pero Dios la tiene por nosotros y Él sabe enviarnos en el momento justo, en el momento exacto, aquello que corresponde que llegue a nosotros. Mientras tanto usemos de todas nuestras capacidades, especialmente de nuestra expresión, para construir en la forma indicada.

            Agradezcamos a un Santiago que nos deja estos versículos tan preciosos y que nos habla de nuestras posibilidades de bien usar la palabra, para construir y para ser.

            Recordemos ahora a los enfermos que esperan una oración. Oremos .....

            Dios de los Cielos: dedicamos nuestra oración a los enfermos del mundo, en momentos en que “armonías planetarias” permiten que nobles y sacrificados Auxiliares Invisibles se esfuercen en armonizar las notas del momento cósmicas, propicias, con sus propias posibilidades y notas curativas. Vayan para ellos todas nuestras ansias y nuestra decisión de cooperar y ayudar de acuerdo a nuestras posibilidades. Que Dios acepte nuestra disposición como válida, como útil; nos permita acompañar, en la forma posible, todo acto de curación, todo acto de bien, todo acto que sea posible reducir los dolores del mundo, los sufrimientos, las necesidades.

            Que la misericordia de Dios, que el amor de Dios, reduzca el dolor del mundo y que todos,  todos en conjunto, caminemos para otras realidades más ciertas y más verdaderas.

            Dios de los Cielos, enséñanos para que nosotros seamos suficientemente sabios para sabernos guiar por caminos ahora más eternos, más verdaderos y más ciertos.

Dios de los Cielos, paz haya en la Tierra y bienestar para todos. Que en nuestros trabajos, en el esfuerzo, sepamos hacer los méritos que correspondan, para realizar el mundo ideal que ya, con tantas ansias, deseamos.

            Que los amigos que nos han pedido su oración reciban, con los nombres de cada uno, que van a ser dichos, nuestro recuerdo y nuestro ruego. Que todos aquellos que no conozcamos igualmente reciban toda la ayuda que están necesitando. Amen.

            Nombre .....

            Estos son los amigos que presentamos. Que Dios, en su inmensa misericordia, les brinde lo que necesiten, Pero queremos, oh Señor de los Cielos, que todo lo que expresamos sea dirigido, en general, a todos sin excepción. Que no haya en nuestras aspiraciones, nada que sea separatividad, sino un reconocimiento de que todos, integrados en el todo, juntos, debemos seguir “adelante, hacia arriba y para siempre”. Amen.-

 

Día de la oración de fecha 22/V/79.

           

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