Conferencias Rosacruces

 

Frater Roberto Ruggiero Grimaldi

 

Roberto Ruggiero Grimaldi (1910-1997)

 

El llamado del alma interna

 

Queridos amigos: Al organizar un tema pretendemos siempre alertarles sobre la finalidad espiritual de la existencia. Es increíble cómo se vive de forma cada vez más vertiginosa y peligrosa. Los atractivos y halagos de la vida material están confundiendo cada vez más al ser humano, porque cada uno se entretiene buscando y multiplicando goces y ganancias materiales y se olvida completamente de buscar la finalidad de la existencia; la razón que hay detrás de todos estos hechos. El problema es creado por el abuso de la vida material, equivocadamente excitante, que está enmarañando de tal forma a los seres, que ya no oyen el llamado de su alma interna. El alma interna clama y no es oída. No estamos haciendo palabrerío. Es como si débiles gotas de rocío cayeran sobre una muralla de granito, porque viviendo la vida material en exceso, el ser se impermeabilizó o se hizo ciego a la vida espiritual.

Ha surgido en estos días un hecho que repetimos para que se enteren de la realidad. Un amigo o amiga entrando en determinado museo una estatua la impactó de tal forma, que aseguraba que los ojos de la estatua, aunque inertes, tenían vida y la estaban mirando, y le produjeron un llorar interno que no conseguía contener. Ahora preguntamos nosotros: ¿quién es que estaba llorando? ¿Ven cómo hay dos naturalezas.

Esa es la enseñanza.

Hay en el ser humano dos naturalezas; una la externa, la personal, y otra la interna. El caso que estamos citando impactó internamente y la persona lloraba sin poderse contener. Pero no lloraba la persona externa, sino que lloraba la persona interna. Esa segunda personalidad o esa segunda individualidad que es totalmente desconocida, dentro de la vida material que se ha hecho costumbre y se ha generalizado.

Es increíble, pero vamos a hacer un relato de la propia vida material para demostrarles que ha hechos increíbles, que sin embargo suceden. Nuestro vecino país norteño, Brasil, está muy acostumbrado a los relatos, a las anécdotas, que ellos llaman anécdotas, en portugués. Dicen que el gobierno, alarmado por la desnutrición en el norte en los estados nordestinos – son estados muy castigados por las condiciones climatéricas, no llueve, hay sequías, dificultades generalizadas – mandaron expertos ingenieros agrónomos a investigar y uno de ellos entrevistó a un campesino, que ellos llaman “caipira”, que estaba al rayo del sol, en la puerta de su casa sin hacer nada, entregado, abandonado a las circunstancias de penuria. El ingeniero agrónomo le pidió permiso, examinó las tierras, y vió que las tierras estaban muy secas en la parte exterior, per no la parte interior, que era tierra negra, tierra laborable, que podía desenvolverse, labrándola. Conversa con el campesino y le dice: Pero, esto ¿no daría papas, no daría legumbres, no daría esto o lo otro? El campesino estudiaba la respuesta y al fin tuvo una expresión muy campesina “Em  se plantando da...”, que significaba que “si se plantaba daba”. ¿Uds. Pueden admitir, pueden aceptar que se pasen necesidades por no trabajar? Este es un hecho lamentablemente verídico, real. Las condiciones externas, en esta caso el clima, cohibían a la persona, le quitaban la energía para trabajar.

Nosotros llevamos esta relato a la parte espiritual. La vida, la vorágine de la vida material, igualmente, corta los valores y la energía espiritual. Nosotros, con nuestros temas, queremos despertar un alerta para que, sin abandonar la actividad material, que es indispensable en la tierra, paralelamente se preocupen con las finalidades de la existencia. Preguntarse: ¿Qué es lo que estamos haciendo? ¿Cómo lo estamos haciendo? ¿Cuáles serán los resultados? Porque los resultados van a aparecer, pero de acuerdo a cómo nos estamos desenvolviendo. Lo lógico es que cada uno y hablando de siembra – en este caso campesino – digamos los mismo: “ lo que se siembre se recogerá”.

Pretendemos, sin embargo y sin críticas, sin amargar, sin entristecer, al contrario, queremos enaltecer a cada uno para que, con nuevo vigor, procuren un desenvolvimiento en que algún día sean completamente triunfadores. Tenemos costumbre de decir: ¿no perciben que todos los días comienza uno nuevo? ¿Por qué no aprovechamos de la contingencia de que todos los días comienza uno nuevo y nosotros también comenzamos; sin grandes programas, que no podríamos realizar de inmediato, pero que, con prudencia, paulatinamente, todo se podrá cultivar y alcanzar: enterados definitivamente que la vida en la tierra no es para la vida material, que la vida en la tierra es para el desenvolvimiento de cualidades espirituales.

Hay internamente, dentro de cada uno, un gran desconocido, pero que es el verdadero ser, que vino para conquistar condiciones espirituales y que algún día debe regresar habiendo triunfado, habiendo acumulado más valores, mejores condiciones, más facultades.

Hay un Plan Divino en desenvolvimiento. Hoy tenemos cinco sentidos que usamos permanentemente como lo más preciado de lo que disponemos: sin sentidos sería imposible la existencia. Sin embargo, tenemos que asegurar: los sentidos, tan necesarios en esta etapa, cuando se desenvuelvan en el futuro otras condiciones, ni siquiera serán necesarios. Los sentidos hoy tan preciosos, es algo temporal. Todo es temporal en la existencia evolutiva a través de los tiempos, porque todo es progreso y todo es cambio. Para que acepten esos cambios, para que se pongan en condiciones, para que estos cambios no les sorprendan algún día, estamos hablando de otras necesidades, de cultivar otra modalidad, para que cuando esos cambios vengan, Vds. Se encuentren fuertes y preparados.

Los que estudian los aspectos espirituales de la existencia ya saben de un continente atlántico que fue sumergido en las aguas, desapareciendo todo, casa, construcciones, civilización, todo desapareció. Esos son los cambios de que hablamos, ¿Para qué esperar a cambios bruscos de esa naturaleza, sin nosotros, poniéndonos en condiciones espirituales diferentes, evitaríamos que sucedieran, por innecesarios?. Esos cambios catastróficos se hicieron inevitables porque la humanidad no vivía en el nivel que debería, y entonces se suspende una modalidad para crear en zonas nuevas una posibilidad de cambio, una nueva posibilidad de desenvolvimiento, que evitaríamos si por medio de nuestros sentimientos y de nuestra capacidad intelectual nos fuéramos poniendo en un nivel diferente. En medio de nuestra actividad, en una vida dinámica y activa, vivamos con la finalidad de cultivar cualidades, que van produciendo dentro de cada uno un cambio notable, que aunque no se perciba de inmediato, se va procesando interiormente.

Nosotros hablamos a veces de que la desgracia de la humanidad fue haber prestado oído a insinuaciones, a recibir conocimientos en momentos en que no estábamos en condiciones de bien usarlos, porque todo el problema de la humanidad es haber recibido un conocimiento cuando no estaba en condiciones aún de hacer uso de él. Ese fue el error inicial, que se fue acumulando, que se fue multiplicando a través del tiempo y haciéndose común. Hoy es muy general hacer un desgaste de fuerza creadora sexual, que es lo que va cristalizando y entorpeciendo los vehículos humanos.

Hablamos con sencillez, hablamos como alerta. Cambio hay que ir realizando con método, constancia, almacenando aspiraciones superiores, que van dejando de lado ciertas costumbres que no son necesarias. Y así se va transformando la naturaleza humana. La purificación cambia a cada uno. Esa economía que estamos sugiriendo con palabras simples, será el triunfo de la humanidad. No somos predicadores de barricada, poniéndonos como ejemplo ni exigiendo cosa alguna; estamos simplemente como compañeros y amigos, explicando donde radica la cuestión. Si se economiza la fuerza creadora sexual se va procesando algo, una alquimia interna, de perfeccionamiento.

El ser está constituido de una forma notable. La columna espinal está compuesta principalmente por tres segmentos, conocidos en anatomía y fisiología; pero lo que no se estudia en la etapa material son sus aspectos espirituales. Esos segmentos están cuidadosamente regidos y controlados por la Luna, Marte y Mercurio. Y todavía el canal hueco, central, está regido por Neptuno. Son cuatro condiciones cósmicas que están colaborando para el crecimiento del ser humano. ¡Que bello es saber estas cosas! Conociendo, uno va teniendo un cierto cuidado y alcanzando un cierto mejoramiento.

Hay muchas características diferentes en los eres humanos, pero si resumiéramos todas en dos solamente, podríamos decir primero que hay una tendencia en ciertos seres, muy amorosos, muy nobles, muy buenos, que tienen por sobre todas las cosas sentimiento y amor hacia los demás; tienen la virtud de que el segmento que está regido por la Luna en combinación con el segmento que está regido por Mercurio vaya creciendo en energía y produciendo una corriente hacia la parte superior, pasando por el corazón y finalmente llegando al cerebro, para dar un definitivo crecimiento anímico. En el cerebro hay dos glándulas que generalmente están latentes, pero que están esperando que se les dé vida por intermedio de una mejor conducta; órganos físicos que responden al crecimiento espiritual. Alertar a este respecto, es nuestra finalidad. Ahora hablamos de una clase: son los místicos.

Pero hay una segunda clase que ha tenido más predilección por el desenvolvimiento intelectual, mental; son razonadores en esencia que tienen el cultivo más dirigido hacia la mente. Estos también cuando tienen cierto cuidado y van teniendo cierta conducta, consiguen que el segmento que está regido por Marte, tenga mayor desenvolvimiento, mayor energía y en combinación con el segmento que rige Mercurio, consiguen que la corriente interna de la columna espinal ascienda al cerebro y caliente estas glándulas, que entran en actividad y son las que abren los ojos al mundo espiritual; a esas facultades que la Filosofía Rosacruz procura llamar la atención.

Tenemos, así los resultados de una conducta en un sentido de sentimiento o en un sentido intelectual, de acción. El místico tiene predisposición para el sentimiento: como dijimos, es amor, es nobleza, es expresión de ayuda hacia los demás y crece en ese sentido; consigue desenvolver sentimiento del corazón y paralelamente el intelecto. No debe creerse que porque tenga predisposición a desenvolver el sentimiento no desenvuelva la inteligencia; la desenvuelve pero no como finalidad. Son, generalmente, los que desenvuelven la intuición y la imaginación; meditan y sienten que son espíritus virginales eternos y que tienen que alcanzar un crecimiento espiritual. No razonan; meditan y desenvuelven principalmente la intuición y la sensibilidad.

Un marciano, en cambio, es afecto a la acción; es el que tiene predisposición al uso de la energía. A los primeros se les llama descendientes de Set, que tienen sus tendencia religiosa y sacerdotal. Los segundos son los descendientes de Caín; tienen una tendencia más a obrar, hacia la capacidad de realizar, tienen un temperamento marciano. Si lo hacen dentro de ciertos principios, consiguen desenvolver principalmente la acción, paralela al intelecto; y generalmente son los intelectuales, los que confían en la razón.

Vamos a poner dos ejemplos prácticos, bíblicos, a ver si conseguimos explicar mejor lo que queremos expresar. Se acercó una noche al Cristo Nicodemus, maestro de la ley, del cuerpo sacerdotal de aquel entonces, y le pidió información al Cristo. El Cristo lo observó y siguió el proceso de razonamiento de Nicodemus, que iba a pedirle información, porque él se decía: realizando los milagros que realiza, verdaderamente es el Hijo de Dios. Por las obras Nicodemus le dice que cree que sea Hijo de Dios, por razonamiento, mentalizando. Y el Cristo le dice: “ Te será necesario nacer de nuevo”; porque era estrictamente mentalista, tenía que completarse. Un nuevo nacimiento quiere decir un nuevo desenvolvimiento, un desenvolvimiento más completo. Tenemos el caso nítido, concreto, de un descendiente de Caín un ser esencialmente ocultista.

Los que seguimos filosofía, especialmente la Filosofía Rosacruz, tenemos la tendencia intelectual. La misma “Central”, creada por el Sr. Max Heindel y su esposa, declara ser creada para instruir eminentemente a los intelectuales, a los mentalistas. Todavía nosotros, muchos años después, - porque ha pasado casi un siglo – estamos teniendo la siguiente precaución: siguiendo con todo cuidado la Filosofía Rosacruz, en la forma más profunda que nos es posible, paralelamente a esa enseñanza que procuramos desenvolver jueves a jueves, estamos haciendo los días martes un servicio Devocional paralelo, porque sabemos que completarse y unirse. La cuestión es que se encuentren ambos senderos en el Huerto del Dolor, de Getsemaní. Porque el dolor y el sufrimiento harán que tanto una línea como la otra se completen y se encuentren. Y nosotros decimos: ¿por qué esperar, si podemos paralelamente desenvolver, con un mayor cuidado, las dos líneas?: la acción constructiva del ocultista y la devoción profunda del místico. Por eso, los días martes, les sugerimos que además de los que nos acompañan, sean también participantes todos aquellos que comiencen a sentir la necesidad de completarse en ese sentido, para conseguir también paralelamente al desenvolvimiento ocultista, el desenvolvimiento místico, que es lo que dará el triunfo completo y final.

Eso es un aparte. Tenemos todavía que referirnos al caso de la samaritana. El Cristo se le acercó y le pidió de beber, porque la samaritana estaba con un cubo de agua. Y le dice así: “Si tú conocieras a dios o al Padre, me conocerías a Mí y Me pedirías de beber, pero no de esta agua cristalina sino de agua viviente”. Ella no razona como Nicodemus. Dice, de inmediato: “Dame de esa agua, para que no vuelva a tener más sed”. Es la expresión de una mística.

Los místicos siguen la modalidad de sus maestros los Angeles seguidores de Jehová, que adquirieron suprema sabiduría cósmica, porque se mantuvieron puros. La sabiduría fluye en ellos en forma natural, sin necesidad de una mente, ni de desenvolvimiento intelectual.

La finalidad de las dos escuelas, la mística y la intelectual, es la iniciación. El ocultista tiene que esforzarse por espiritualizar su mente y el místico para vitalizarla. Para ambos Dios es la suprema inteligencia, el divino amor.

Así se alcanza el progreso real. Analicémonos, oigamos “el llamado de nuestra alma interna” y no demos lugar al desánimo. ¿A qué tenemos que recurrir? A nosotros mismos. Si nos amargamos es como consecuencia de que algo no hemos hecho bien. Si, en cambio, hacemos un reajuste en nosotros, si vamos procediendo de forma cada vez más sensata, de forma cada vez más responsable, inmediatamente estamos emitiendo una nota de armonía, y en eso consiste la verdaderamente armonioso y estaremos cultivando y alcanzando una felicidad que de derecho ganamos, porque es consecuencia del mérito que realizamos y que nos hace adelantar.

¿Qué es, entonces, lo que no depende de nosotros? Todo depende de nosotros mismos y la condición que vivamos, es la condición que nosotros mismos elegimos. Porque, aunque puedan afirmar que las condiciones materiales son necesarias y de acuerdo a la evolución del momento de cada uno, pero nuestro interno nos pertenece enteramente. Nadie puede interferir, porque si el mundo todo fuera injusto y nos obligara a enclaustrarnos, pero en ese aislamiento trabajamos para el bien y empleamos nuestra vida para el bien de los demás estamos cultivando los aspectos más positivos y más seguros de la verdadera felicidad, que nadie nos puede quitar.

Amigos, con esto estamos terminando y estamos dejando una nota nueva, para que cada uno la analice y verifique si no puede practicar esa felicidad internamente y permanentemente, porque – como ya hemos afirmado otras veces – una vez que consigamos modificar nuestro carácter – porque la felicidad es consecuencia de nuestro buen desenvolvimiento – nada nos será negado. Y la victoria y el crecimiento del alma, a la que todos tenemos derecho, está supeditada a lo que consigamos desenvolver como cualidades personales, íntimas de cada uno .

Amigos, terminamos con l parte moral y accesible a todos, de una enseñanza sobre el desarrollo completo del alma y de la felicidad, que depende de cada uno y que está alcance de todos.

22 – 10 – 81.

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