SANTUÁRIO ROSACRUZ

Max Heindel

 

 REVELACIONES DE LOS ROSACRUCES

por Roberto Ruggiero Grimaldi

VI

La Creación de Dios, según las Enseñanzas Rosacruces de Max Heindel

Involución, Evolución y Epigénesis

 

 

 

 

            “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios”. Así empieza S. Juan su Evangelio, estableciendo la identidad y origen de Dios, para aquellos que poseen conocimiento esotérico y saben lo que esto significa. El verbo, o Fiat Creador, es el segundo aspecto del Ser Supremo que se manifiesta por Poder, Verbo y Movimiento, a través de los Siete Grandes Logos del Primer Plano Cósmico y S. Juan identifica a Dios con el Verbo, que es el principio de todo lo creado por el Ser Supremo.

            Tenemos así una real imagen de Dios, aunque no podamos concebir lo que es el Primer Plano Cósmico, donde Dios es ilimitado. La creación de un sistema representa a Dios descender y limitarse, dejar el primer plano para limitarse en los contornos de un sistema en el séptimo y más denso plano, por tiempo incalculable. En su grandeza e infinito amor, lo que le hace idealizar la creación de un sistema, para posibilitar la expansión y crecimiento de conciencia de millares de ondas de espíritus, que toman a su cuidado.

            Para realizar su inmensa labor elige determinado espacio, que será el nuevo campo de su actividad y lo abarca y envuelve con su celestial aura, para que pase a tener su nota especial. Para que ese espacio pueda cumplir su múltiple finalidad, lo divide en mundos, dando a cada uno una medida, cualidades y vibraciones diferentes. Iniciada su labor, no puede abandonarla, porque se mantiene por su propia acción.

 

 

Grandes Jerarquías Creadoras

 

 

            que le acompañaron en pasadas y gloriosas realizaciones, se integran en este nuevo Plan, para secundar la Voluntad de Dios. Las más adelantadas hacen la tarea inicial, posibilitando así la labor de las que les siguen. Sabemos que dos Grandes Jerarquías, que tienen concordancia con los Signos de Aries y Tauro, prestaron su auxilio inicialmente y se retiraran. Tal era su adelanto que nada más tenían que hacer en este Plan. Tres Grandes Jerarquías le siguieron, de inconmensurable esplendor para nosotros: los Tronos, los Querubines y los Serafines, que corresponden a los signos de Leo, Cáncer y Géminis. Trabajaron por y sobre la humanidad, voluntaria y libremente, y, cuando ella alcanzó el Período Terrestre, entregaron la responsabilidad a Jerarquías que les siguen en orden de adelanto, y a su vez también se retiraron. Actualmente hay siete Jerarquías más, que trabajan en nuestro Sistema Solar.

            A los Tronos o Llamas debemos el despertar de nuestro primer aspecto o velo del Espíritu Divino y además el germen de lo que es hoy nuestro cuerpo denso. Los Querubines forman la Jerarquía que nos despertó el segundo aspecto espiritual: el Espíritu de Vida. Los Serafines son los que despertaron el tercer velo de nuestro Espíritu: el Espíritu Humano.

            Los Señores de la Sabiduría, que corresponden al signo de Virgo, comenzaron su labor con nosotros aportando el germen de nuestro cuerpo vital y hoy ya tienen a su cargo cuidar el primer aspecto espiritual, el Espíritu Divino. Los Señores de la Individualidad, que corresponden al Signo de Libra, nos dieron el germen de nuestro cuerpo de deseos y hoy tienen a su cargo nuestro segundo aspecto espiritual, el Espíritu de Vida. Los Señores de la Forma, que corresponden al signo de Escorpión, tienen a su cargo en la actualidad el cuidado de todas las formas - a cargo de la evolución material - y además cuidan del tercer aspecto de nuestro Espíritu, el Espíritu Humano.

            Las jerarquías que les siguen culminaron su Evolución en el presente esquema y ya alcanzaron tal categoría que están secundando la labor de Dios. Los Señores de la Mente, teniendo como mayor de todos a quien reverenciamos como el Padre, corresponden al signo de Sagitario, y son los que dieron el germen de nuestra mente, la que tienen hoy a su cuidado. Los Arcángeles, que tienen como mayor Iniciado al Hijo, o sea el Cristo Cósmico, corresponden al signo de Capricornio y tienen a su cargo nuestro cuerpo de deseos y el de los animales. Los Ángeles tienen como mayor de todos al Espíritu Santo o Jehová, que nos impulsa por la ley, corresponden al signo de Acuario y tienen a su cargo nuestro cuerpo vital, el de los animales y los vegetales. Los Arcángeles y Ángeles están secundando a los Señores de la Forma. La duodécima Jerarquía está reservada a la propia onda humana, porque alcanzará el estado creador antes del fin de la Evolución. Nuestra humanidad corresponde al signo de Piscis.

 

 

Los Siete Períodos de la Creación

 

 

            Las condiciones durante el proceso evolutivo no son estables, sino que van cambiando de acuerdo a las necesidades. Los siete días de la creación a que se refiere simbólicamente la Biblia, son, en verdad, siete grandes períodos, que abarcan enormes espacios de tiempo. En el alborear de la Evolución todo el sistema era un gran globo sin luz, cuya única expresión era en un principio de calor, como consecuencia del movimiento, tenía en su exterior a las Jerarquías que trabajaban con Dios y en su interior a los Señores de la Mente, que por este motivo son llamados también el poder de las tinieblas por S. Paulo. Su adelanto, alcanzado en otra manifestación, anterior, era tan grande, que estas condiciones les fueron suficientes como para conseguir ultimar el progreso que les faltaba y culminaron en su Evolución. Este primer período es el “Período de Saturno”. Nuestra onda de Espíritus Virginales entró de inmediato en este gran globo, formando la propia sustancia de él. En estas condiciones los Arcángeles alcanzaron plena elevación espiritual, mientras nosotros continuábamos nuestra inmersión, un grado más en la materia.

            El “Período Lunar” fue el siguiente, en el que se acrecentó el elemento agua y que se caracteriza por su gran humedad, alcanzando en estas condiciones los Ángeles el mayor brillo espiritual, absorbiendo la Sabiduría Cósmica.

            El cuarto período es el actual en que fue agregado un nuevo elemento, tierra, que lo caracteriza. En este período nos estaba reservado ser la onda principal. Por todo ello es llamado “Período Terrestre”. Le seguirá el “Período de Júpiter”, que representará un nuevo adelanto para nuestra onda y para las que nos siguen.

            El “Período de Venus” es el siguiente, terminando en el “Período de Vulcano”, donde debemos culminar, simultáneamente con el final del trabajo magno de Dios, que nos habrá llevado, para ese entonces, a la más alta categoría.

 

 

Mundos, Globos y Revoluciones

 

 

            El método de Dios es, en los varios períodos evolutivos, llevar los mundos más sutiles a mundos menos densos y viceversa, creando globos y condiciones para cada uno de estos mundos y estados diferentes. Cuando las ondas en Evolución alcanzan el nadir de la densidad de un período son llevadas a ascender nuevamente hasta el mundo más sutil, superior, de ese período, para completar una revolución. Cuando son alcanzados nuevamente los globos por los que se pasó anteriormente en el descenso, éstos se encuentran diferentes: por el tiempo transcurrido. Se operaron cambios en aquellos por los que se pasó antes, por esto no son encontrados en las mismas condiciones. En la Evolución no hay repeticiones inútiles, el método seguido es la persistencia más decidida, lo que hace que después de realizar la primera revolución se hace una segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta y finalmente séptima revolución para ir venciendo, por la flexibilidad y la adaptación, todas las condiciones que se van encontrando. Este proceso rige en los siete períodos, aconteciendo que en la primera revolución de cada período se recapitularon las condiciones vividas en el primero, por esto es llamada Revolución de Saturno, con el mismo nombre del primer período. En la segunda revolución se recapitularon las condiciones del Período Solar, por esto es llamada de Revolución Solar y así en adelante. Vale decir que en cada nuevo período, se comienza la labor original del mismo, solamente cuando se recapitularon las labores de los anteriores, siempre en un grado mayor, pasando por las revoluciones correspondientes. El presente Período Terrestre sólo comenzó su etapa especial, en la cuarta revolución, la que estamos y, por el mismo motivo, en el último Período de Vulcano solamente se hará su parte original en su última revolución. después de haber recapitulado, en las seis anteriores, los seis períodos pasados para ese entonces. Este método hace evidente que es preciso confirmar cualidades y valores adquiridos antes de poder iniciar nuevos.

            Puede sorprender al lector la repetición y las constantes revoluciones y recapitulaciones, que hacen tan complejo el sistema seguido. Sin embargo, medítese, que es motivado por la perfección que se persigue, y evitando, sabiamente, el fracaso que inevitablemente se producirá al no estar debidamente preparados los seres, para enfrentar con éxito las nuevas exigencias de toda etapa más adelantadas. Todavía tiene otro aspecto éste misericordioso: da la oportunidad de adelantar a los que se atrasan. Otro motivo de las recapitulaciones y revoluciones. Este método demuestra cómo el Creador no improvisa, sino muy al contrario.

 

 

Caos y Noches Cósmicas

            Cuando el período se ha completado y se han cumplido las finalidades del mismo, todos los globos se desintegran y pasa un tiempo equivalente al tiempo que consumió un período, el que es empleado para ir formando las condiciones del período siguiente. Toda la materia vuelve a su estado primitivo, reintegrándose al Caos o estado primero. El Caos no representa lo que el sentido popular le da a esta palabra, de desorden y confusión, muy al contrario, representa las potencialidades guardadas y almacenadas de Dios para Su manifestación, por lo que es un nombre santo que debe ser pronunciado con la máxima devoción, puesto que detrás del nombre Caos está la Excelsitud de Dios. El Caos es el semillero de Dios, es la base como materia prima, de todo progreso.

            El tiempo que transcurre entre período y período es llamado Noche Cósmica, en que las Grandes Jerarquías conviven y se entremezclan con todos los Espíritus en Evolución, procurando transmitirles sus propias cualidades. Así vemos que una vez que se entró a evolucionar no se gastan más los tiempos sin utilidad, sino que objetivamente durante los períodos o sea: recibiendo los impactos y experiencias de los mundos por los que se transitan, y subjetivamente durante los intervalos, asimilando espiritualmente las experiencias por las que se pasaron, éstas últimas en el convivir de espíritu a espíritu. Entre revolución y revolución existe también un paréntesis, similar a la Noche Cósmica.

 

 

Involución, Evolución y Epigénesis

 

 

            En la complejidad del sistema en que evolucionamos tenemos que distinguir la etapa primera por la que pasamos, para la adquisición de los vehículos o cuerpos necesarios, de la que pasaremos hasta el final, valiéndonos de la aplicación y uso de los mismos. No recordamos el pasaje por los períodos pasados porque el Espíritu hizo su descenso inconsciente.

            Al dejar nuestro mundo de Espíritus Virginales, en que vivíamos unidos unos a otros, sin separatividad pero también sin individualidad, (en un estado de espera) y al penetrar en el Período de Saturno en los Mundos de Espíritu Divino, de Vida y Mental, lo hicimos sin conciencia ninguna, por los velos en que estos mundos nos envolvieron. La conciencia fue similar al trance más absoluto. En este estado la gloriosa Jerarquía Señores de la Llama nos dieron, en la primera revolución, el germen de nuestro futuro cuerpo denso y en la última revolución procuraron despertar la actividad del Espíritu Divino en nosotros.

            En el Período Solar alcanzamos, en el descenso, el Mundo de Deseos. La conciencia fue similar a la de sueño sin ensueños. Los Señores de la Sabiduría nos aportaron, en la segunda revolución, el germen del cuerpo vital y en la sexta revolución los Querubines despertaron la actividad del Espíritu de Vida.

            En el Período Lunar descendimos hasta la Región Etérea del Mundo Físico. Nuestra conciencia era de sueño con ensueños. Los Señores de la Individualidad nos dieron, en la tercera revolución, el germen de nuestro cuerpo de deseos y en la quinta revolución los Serafines despertaron la actividad del Espíritu Humano.

            En el actual Período Terrestre descendimos hasta la Región Química del Mundo Físico. Los Señores de la Mente nos aportaron el germen de nuestro cuerpo mental, completando la serie de vehículos que nos permitieron manifestar la conciencia de vigilia.

            En el próximo Período de Júpiter, el mundo más denso en que actuaremos será la Región Etérea. Alcanzaremos el estado de Super - hombres y nuestra capacidad crecerá hasta hacernos capaces de dar vida al reino mineral.

            En el Período de Venus ascenderemos al Mundo de Deseos. Seremos hombres - creadores, dando deseos al reino mineral. En el Período de Vulcano ascenderemos al Mundo Mental, alcanzando a dar mente al reino mineral y ganando la categoría de hombres- Dioses.

            La primera etapa de descenso por mundos cada vez más densos es una etapa inconsciente, involutiva, llamada por ello Involución, que atravesamos para adquirir la conciencia de sí, individual. La segunda etapa, de ascensión en estado consciente, es la parte evolutiva propiamente, llamada Evolución, en la que desarrollaremos nuestra conciencia actual hasta la divina omnisciencia. Y la cualidad original o libre voluntad, que hace crear valores nuevos en cada ser y no una repetición mecánica, es la Epigénesis, que produce al genio.

 

 

La diversificación del Período Terrestre

 

 

            El conocimiento de como se procesó nuestro pasado, sirve de base para comprender nuestro estado actual. Originariamente todos los que evolucionan en nuestro sistema pertenecen a una misma onda de Espíritus Virginales, en varios “Rayos”, pero los diferentes grados de adelanto hizo que en la actualidad estén divididos en planetas, que, al igual que nuestra Tierra, sirven para evolucionar espíritus. La diversificación y diferenciación se van produciendo con el tiempo, creando necesidades diferentes. En los períodos anteriores no existían planetas, era un globo único, general, que conseguía cumplir todas las necesidades, pero en el actual Período Terrestres, por la propia condición física, fueron conveniente diferentes ambientes, para lo que han sido creados los planetas, a diferentes distancias del Sol, que desde el centro irradia su poder para cada planeta, en la intensidad necesaria.

            Los seres más adelantados habitan el Sol, por ser capaces de resistir y evolucionar en sus altísimas vibraciones. Mercurio y Venus está habitados por humanidades ya muy adelantadas, de ahí su posición tan próxima al Sol. A mayor proximidad el Sol mayor adelanto. Nuestra posición mejor que Marte es prueba que estamos en mejor grado de adelanto, pues Marte está sirviendo de campo de evolución oscuro y atrasado. La excepción a la regla es Júpiter, que a pesar de estar a una distancia mayor, por su enorme tamaño acumuló tal cantidad de calor, que sirve de evolución a una humanidad adelantada, a la que solamente nosotros conseguiremos igualar en el próximo período. Saturno está en un estado similar al que pasamos en el Período de Saturno y es una especie de salida del Cosmos, para aquellos que no consiguen adelantar. Urano evoluciona muy lentamente, y Neptuno, aunque influencia, hay dudas que pertenezca a nuestro sistema. Plutón está saliendo de una noche cósmica, por lo que no había sido localizado aún y los ocultistas esperaban ya el nuevo planeta, que como novedad, está apareciendo en nuestro sistema.

            La sustancia raíz - cósmica es el polo negativo del espíritu, que sirve, en sus múltiples transformaciones, como componente de todas las formas o espacio cristalizado. El Espíritu en su polo positivo se manifiesta como vida a través de la evolución. Todo en el espacio infinito es espíritu, en sus dos polos. Dios es la expresión de la energía positiva del Espíritu Universal Absoluto y nosotros, como Espíritus capaces de manifestar el polo positivo de la vida, fuimos diferenciados dentro de Dios, por los continuados impactos del enorme sendero involutivo que recorrimos, conseguimos llegar al estado de conciencia de vigilia.

            Si este tema que antecede, de conocimiento profundo sobre la Creación de Dios, es difícil de comprender, no es extraño, se debe releer lentamente, pesando cada frase, cada sentencia, que tiene su debido valor y es necesario para tener una idea o vislumbre del divino plan de Dios. Para los que quieren comprender, contiene el secreto de nuestro principio y ser. Los conocimientos que sigan a esta serie, irán ampliando y completando el sentido, como una especie de preliminar y de introducción al estudio del libro de texto “Concepto Rosacruz del Cosmos” toda la materia de la Filosofía Rosacruz, sorprende un poco a los que se inician, por su gran caudal de conocimiento. Esta serie contiene en síntesis la Enseñanza Rosacruz, donde el amor y la sabiduría de los Hermanos Mayores se expresa a través de la Obra del Iniciado Max Heindel, que con su venerada esposa, posibilitó al Mundo un nuevo entendimiento y una nueva comprensión: para que la humanidad se reintegre en las líneas del progreso trazadas y alcance a culminar en cualidades y virtudes divinas, para lo que cada uno está destinado, para florecer el amor y entendimiento entre todos los seres y un nuevo y definitivo “Aleluya” canten los corazones humanos de gloria a Dios que está en los cielos, de amor y reconocimiento a Cristo, nuestro Salvador, de agradecimiento y reverencia a toda la Creación, que se mueve y trabaja sabiamente para nuestro progreso espiritual.

 

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Sigue un esquema del Plan Evolutivo.- 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esquema Rosacruz del Plan Evolutivo dirigido por

 

D I O S

 

PERÍODOS                ONDA ESPIRITUAL PRINCIPAL                DIRIGIDOS POR EL

 

1o. Saturno                             Señores de la Mente                                      Padre

                                   (Nos dieron en el actual P. Terrestre

                                   el germen de nuestro Cuerpo Mental)

 

2o. Solar                                 Arcángeles                                                     Hijo

                                   (Cuidan actualmente el C. de Deseos             (Cristo)

                                   de los Reinos Humano y Animal)

 

3o. Lunar                                Ángeles                                                          Espíritu Santo

                                   (Cuidan actualmente el C. Vital                                 (Jehová)

                                   de los Reinos Humano, Animal y

                                   Vegetal)

 

4o. Terrestre                           Humanos                                                     Hermanos Mayores

      (en curso)             (Los Señores de la Forma cuidan de los                (Jesús entre ellos)

                                   cuerpos físicos, actual Período)

 

5o. Júpiter                              Animales                                                        Quien llegue a

                                   (Nosotros seremos Super - Hombres dando              ser el mayor entre

                                   al Mineral el germen del C. Vital)                             todos

 

6o. Venus                                Vegetales                                                       Idem, idem

                                   (Seremos Hombres - Creadores dando al

                                   Mineral el germen del C. de Deseos)

 

7o. Vulcano                            Minerales                                                       Idem, idem

                                   (Seremos Hombres - Dioses dando al

                                   Mineral el germen del Cuerpo Mental)

 

                        - Este esquema abarca de cuatro a siete dimensiones.-

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NOTA:            No confundir períodos con planetas, por la similitud de nombres.

                        Períodos son enormes espacios de tiempo, incontables para nuestra mente             finita de hoy. Los planetas, en cambio, son consecuencia de la                                            diversificación alcanzada en el actual Período Terrestre.-

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